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El imām Ahmad ibn Muhammad ibn Hanbal (V) dijo:
«No debe discutir con nadie ni organizar debates, como tampoco debe aprender el arte de la controversia. Discutir sobre los asuntos del Corán, del Destino, de la visión de Allāh y del resto de las ramas de la Sunnah es detestable y está prohibido.
Quien discuta sobre estos asuntos no forma parte de la gente de la Sunnah, aunque lo que él diga esté de acuerdo con la Sunnah, hasta que deje de discutir y se someta totalmente a los textos [del Corán y la Sunnah]». [1]
El shaykh Rabī’ ibn Hādī al-Madkhalī comenta esto:
«Es aconsejable abandonar los debates, ya que discutir sobre el destino, la visión [de Allāh en la Otra vida], el Corán y el resto de la Sunnah es reprobable y está prohibido. Numerosos hadices relativos a la prohibición de los debates y las disputas han sido transmitidos. Un día, el mensajero de Allāh ﷺ salió de su casa y encontró a la gente hablando y discutiendo sobre el Destino, entonces se enojó al punto que parecía tener semillas de granadas presionadas sobre su rostro, luego ﷺ dijo:
“¿Queréis sembrar la discrepancia sobre el libro de Allāh?”». [2]
Él ﷺ reprendió con severidad este acto, lo que justifica la prohibición de abrir debates que traten sobre el Destino o el resto de los asuntos del dogma. “Quien discuta sobre estos asuntos no forma parte de la gente de la Sunnah, aunque lo que él diga esté de acuerdo con la Sunnah”, el imām Ahmad (que Allāh tenga misericordia de él) es estricto acerca de los debates. Por una parte, quien afirma que solo se puede llamar a seguir la Sunnah mediante debates se equivoca. Por otra parte, esta declaración no debe ser tomada de forma literal, ya que Allāh nos ha permitido debatir de la mejor manera.
Si el debate está cumpliendo con las condiciones necesarias y quien está debatiendo contigo desea [encontrar] la verdad y no la humillación [del otro], el orgullo y la obstinación, entonces explícale de la mejor manera. Sin embargo, si se inclina hacia la ira, la disputa y la arrogancia, déjalo. Algunos khawārij venían a discutirle al imām Ibn Bāz (que Allāh tenga misericordia de él), y él rechazaba [debatir]. Los chiítas también le venían por lo mismo, pero se negaba a ello.
Al final, el imām Ahmad (que Allāh tenga misericordia de él) dice:
«Hasta que deje de discutir y se someta totalmente a los textos [del Corán y la Sunnah]».
Esto es obligatorio; crees en los textos, los transmites a los demás y se los explicas si tienen dificultad para comprenderlos. Cuando veas a alguien debatir de la mejor manera, explícale si tiene alguna confusión, disípasela con dulzura, sabiduría y buena exhortación. Pero si solo desea la disputa, entonces no discutas con él. Este último no busca la verdad, no obtendrás ningún resultado con él. [3]
[/vc_column_text][TS_VCSC_Info_Notice panel_layout=”notice” panel_type=”warning” icon_replace=”true” font_title_family=”Default:regular” font_content_family=”Default:regular” el_file1=”” el_file2=””]Notas:[1] Usul as-Sunnah, no. 2
[2] Sunan Ibn Mājah no. 85, autentificado por el imām al-Albānī
[3] Sharh Usul as-Sunnah, pág. 39-40
Traducción: Ibrāhīm Bou
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