[vc_row][vc_column][vc_column_text]
Se le preguntó a Abū Uthmān An-Naysabūrī: «¿Cuál de tus acciones es la más valiosa para ti?»
Respondió:
«Me encontraba en mi juventud y mi familia se esforzaba duramente para convencerme de casarme, pero me negaba. Una mujer vino hacia mí y dijo: “Oh Abū Uthmān, ciertamente me he encaprichado de ti. Te pido, por Allāh, que te cases conmigo”. Así que fui a su padre, que era pobre, y la casó conmigo y se puso muy contento por ello. Cuando vino hacia mí, la vi, y estaba bizca, mutilada y deforme.
Su amor por mí me impedía abandonarla, así que me quedé con ella para calmar su corazón y sin mostrar aversión, aun cuando fuera como si estuviera ardiendo debido a la aversión que le tenía. Permanecí así durante quince años hasta que falleció.
No hay ninguna de mis acciones que quiera conservar más que el haber protegido su corazón».
[/vc_column_text][vc_message style=”square” message_box_color=”alert-success” icon_fontawesome=”fa fa-folder-open”]Fuente: Sayd Al-Khatīr, pág. 132Traducción: Nūr ud-Dīn al-Isbānī[/vc_message][/vc_column][/vc_row]