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Interrogante:
«En cuanto al shaykh Sha’rāwī, muchos son aficionados a su discurso y a sus métodos, yo mismo podría decir que disfruto escuchándole. Algunos sabios, o algunos escolares, dicen que tiene graves errores en su credo (‘Aqīdah), en sus interpretaciones y en otros asuntos. Yo personalmente no percibo que cometa errores o que diga algo que atente de forma peligrosa contra el ‘Aqīdah. ¿Podría usted, si es que está familiarizado con sus sermones y sus conferencias, darnos un ejemplo [de sus desvíos] para así estar más atentos y tener más cuidado con él?».
Imām al-Albānī:
«Primero, tu ejemplo, como mi ejemplo o el de otros… Hoy te equivocaste con ese indio [mientras intentabas curarlo], o sea, lo mataste, ¿entonces crees que yo podría percibir tu error?».
Interrogante:
«No, no podría percibirlo».
Imām al-Albānī:
«¿Por qué no?».
Interrogante:
«Porque usted estaba lejos [de nosotros]».
Imām al-Albānī:
«Porque yo no sé de medicina, no porque estuviera lejos físicamente. Yo no podría saber qué fue lo que causó su muerte ya que soy un ignorante en el dominio de la medicina, haya estado aquí o haya estado allá, no podría saber si fuiste tú el causante de la muerte [o murió solo], ya que no tengo conocimientos [de medicina].
Este es tu ejemplo, ya que tú no eres un sabio, entonces no podrías percibir errores en un discurso de alguien que supuestamente es de los sabios, así que lo correcto es que concilies los sentimientos que has descrito [el agrado a sus discursos] y lo que has transmitido de esos sabios y esos escolares. Tus sentimientos muestran que su método de dar su discurso es muy elocuente y atrae al oyente, lo que es verdad, y tal vez estarías de acuerdo conmigo en que el método de discursear del shaykh Kishk también es seductor, ¿o no estás de acuerdo conmigo?».
Interrogante:
«Así es, es cierto con la gente común».
Imam al-Albani:
«Y este [Sha’rāwī] y el otro [Kishk] tienen un conocimiento Khalafī (tomaron su conocimiento de quienes vinieron posteriormente y no de los Salaf), aunque Sha’rāwī tiene más conocimiento que el otro. Es por esto que le aplico [a Kishk] el término “qassas (cuentacuentos)”, aunque lamentablemente ahora todos los khutabā’ (quienes dan sermones) intentan imitar su estilo de discursear.
El Sha’rāwī este es de los sabios de [la universidad] al-Azhār. Los sabios de al-Azhār dominan muy bien la lengua árabe, la interpretación del Corán, el Fiqh y otros asuntos. Pero están lo más lejos que se puede estar de la Sunnah, aunque hay entre ellos gente sincera que si les aconsejas aceptan tu consejo. Sha’rāwī se ve que no es de este tipo de gente. Durante muchos años televisaban sus discursos en la televisión y mucha gente le escuchaba, y entre esos oyentes había uno de nuestros hermanos salafís, y [este hermano], con su tremenda obsesión a él (Sha’rāwī), nos narró que un amigo suyo tenía un coche en el cual se iba a subir Sha’rāwī para que lo llevaran a un sitio, entonces a este hermano nuestro se le ocurrió una pregunta muy buena sobre este shaykh que tanto amamos sus encuentros y sus discursos sobre los signos y los milagros del Corán, se le ocurrió preguntarle para saber si es salafí de ‘Aqīdah o no, entonces le dijo: “¿Cuál es vuestra opinión sobre la aleya de Allāh:
{El Misericordioso que se asentó sobre el Trono}?
[Corán | 20:5]
¿Se puede describir a Allāh, a partir de esta aleya, con que tiene el Atributo de la Elevación [sobre Su creación, al-‘Ulūw]?”
Entonces Sha’rāwī se alteró de una forma tremenda y empezó a decirle: “Allāh no tiene lugar, Allāh no está sujeto al tiempo, Allāh está en todo lugar, etc…”. Empezó a citarle [Sha’rāwī a este hermano salafí] todas esas herejías que no encontramos solo entre la gente común, sino que en algunos sabios también. Así que él (Sha’rāwī) está desviado en su ‘Aqīdah. También malinterpreta las aleyas del Corán con falsas interpretaciones acorde a los entendimientos que han surgido en estos tiempos.
En cuanto a su estilo de dar discurso, los egipcios se distinguen de los demás pueblos musulmanes por su elocuencia y su soltura en la lengua [árabe], suelen controlar a las demás gentes con su labia. Lo mismo pasa con Sha’rāwī, pero no se toma de él el conocimiento, ya que el conocimiento es una cosa, y el estilo de sermonear otra».
[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][TS_VCSC_Info_Notice panel_layout=”notice” panel_type=”warning” icon_replace=”true” font_title_family=”Default:regular” font_content_family=”Default:regular”]Autor: Muhammad Nāsir ud-Dīn al-Albānī
Fuente: Silsilat al-Hudā wan-Nūr, pág. 206
Traducido por: Ibrāhīm Bou