
Abū Ḏarr narró:
Fui a ver al Profeta ﷺ pero estaba durmiendo vestido de blanco. Volví a él ﷺ cuando despertó, y dijo:
«Todo siervo que diga “Lā ilāha illā Allāh (ninguna divinidad tiene el derecho de ser adorado excepto Allāh)” y luego muera estando sobre ello, entrará al Paraíso».
Dije yo: «¿Aunque haya fornicado y robado?».
El Profeta ﷺ respondió: «Aunque haya fornicado y robado».
Volví a preguntar: «¿Aunque haya fornicado y robado?».
Él ﷺ contestó: «Aunque haya fornicado y robado».
Nuevamente pregunté: «¿Aunque haya fornicado y robado?».
Él ﷺ me replicó tres veces: «Aunque haya fornicado y robado». Y a la cuarta añadió: «Pese a Abū Ḏarr».
Entonces me fui, repitiendo en mis adentros: «Pese a Abū Ḏarr».[1]
El imām ʾAbdur-Raḥmān ibn Ḥasan Ališ-Šaiḫ:
«El que testifica que nadie tiene el derecho de ser adorado excepto Allāh es aquel que pronuncia estas palabras conociendo su significado y actuando en consecuencia tanto en su interior como en los actos aparentes. Por lo tanto, los dos testimonios de Fe (nadie debe ser adorado excepto Allāh y Muḥammad es Su mensajero) se basan en el conocimiento, la certeza y obrar según ello, como dijo Allāh:
{Sabe que no hay dios sino Allāh}[2]
Y también dijo:
{Sólo quienes atestiguan la verdad y tienen conocimiento}»[3]
Referencias:
[1] Buḫārī, no. 5827
[2] Corán, 47:19
[3] Corán, 43:86
Traducido por: Ibrāhīm Bou
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