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Un poeta dijo:
«Dile a quien me envidia:
¿Sabes a quién estás faltando el respeto?
Estás faltando el respeto a Allāh en lo que hizo
Ya que no estás satisfecho con que me haya concedido de Su favor;
entonces Él te ha contestado aumentando mis riquezas
y cerrándote una a una todas las puertas que llevan a las ganancias».
Otro poeta dijo:
«Acepta el decreto de tu Señor, ¡oh tú el envidioso!
Y no te opongas a lo que Allāh desea.
La subsistencia ha sido repartida por Allāh;
así que la riqueza y la pobreza son cosas decretadas por Allāh».
Yo (Umm ‘Abdillāh) digo:
[/vc_column_text][TS_VCSC_Info_Notice panel_layout=”notice” panel_type=”warning” icon_replace=”true” font_title_family=”Default:regular” font_content_family=”Default:regular” el_file1=”” el_file2=””]Autor: La gran erudita e hija del imām Muqbil ibn Hādī, la shaykha Umm ‘Abdillāh al-Wadi’īya«Ten paciencia ante las maquinaciones del envidioso,
pues tu paciencia lo matará.
En efecto, cuando el fuego no tiene más combustible que consumir
se consume a sí mismo».
Fuente: Nāsihatī lī Nisā·, pág. 216
Traducido por: Ibrāhīm Bou[/TS_VCSC_Info_Notice][/vc_column][/vc_row]