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Un ladrón entró en casa de Mālik ibn Dīnār, que Allāh le conceda Su misericordia. Buscó algo para robar y no encontró nada, pero sí encontró a Mālik, quien estaba rezando. Cuando Mālik hizo el Taslīm se volteó hacia el ladrón y le dijo:
«Viniste aquí buscando algo de esta vida mundanal pero no encontraste nada, ¿habrá algo para ti de la Otra vida?».
Aquel ladrón quedó estupefacto ante este hombre, así que le respondió y se sentó. Mālik comenzó a exhortarle hasta que el ladrón se puso a llorar, luego, en el momento de la oración, fueron juntos hacia la mezquita, y ahí la gente quedaron sorprendidos al verlos y se decían:
«El más sabio con el más ladrón, ¿cómo puede ser esto posible?».
Preguntaron a Mālik y les respondió:
[/vc_column_text][TS_VCSC_Info_Notice panel_layout=”notice” panel_type=”warning” icon_replace=”true” font_title_family=”Default:regular” font_content_family=”Default:regular” el_file1=”” el_file2=””]Fuente: Tarikh al-Islām, del imām Adh-Dhahabī, 2/144«Vino a robarnos, pero nosotros le robamos el corazón».
Traducido por: Ibrāhīm Bou[/TS_VCSC_Info_Notice][/vc_column][/vc_row]