Shaykhul-Islām Abū Bakr ibn Muhammad ibn Ishaq ibn Khuzayma dijo:
«Quien no reconozca que Allāh está sobre Su Trono y que se estableció encima de Sus siete cielos ciertamente ha descreído de su Señor, su sangre es lícita y se le exige que se arrepienta. O se ejecuta a sí mismo, o se le ejecuta y se tira su cadáver en un vertedero para que no perturbe a los musulmanes ni a las personas que tienen un pacto [Ahlud-Dhima] con el olor nauseabundo de su cadáver.
Su fortuna irá a parar en la tesorería pública y ningún musulmán heredará de él, ya que el musulmán no hereda del incrédulo, como dijo el Profeta: “El musulmán no hereda del incrédulo ni el incrédulo del musulmán”».
Fuente:
‘Aqīdat as-Salaf as-Sālih wa Ashāb al-Hadīth, pág. 22.
Tarikh al-Islām, 24/424.
Mukhtasar Al-‘Uluw, nº 276.
Siyār A’lam an-Nubalā`, 14/373.
Majmū’ Fatāwā ibn Taymīyyah, 5/52.
Fatāwā al-Hamawīya al-Kubrā, pág. 117.
Dham al-Kalām wa Ahlihī, nº 1245.
Traducido por: Ibrāhīm Bou