La conversión de ‘Uthman y su amor por Ruqayya

Bismillaahi ar-Rahmaani ar-Rahim

 

Según el relato de Ibn Asakir, cuando ‘Uthman supo que el Profeta ﷺ dio la mano de su hija Ruqaya, quien era muy bella, a su primo ‘Utba Ibn Abdu Lahab, quedó muy desilusionado por no haberse casado con ella.

Él entró en su hogar muy angustiado y encontró a su tía materna Sa’da Bin Kurayz, quien era adivina, y quien le dijo: «¡Alégrate y recibe la salvación! Un bien te ha sido acordado y de un mal has sido librado. Tu vas a casarte, y lo juro por Allâh, con una bella y virtuosa mujer, tú que eres virgen vas a casarte con una virgen. Tú vas a encontrar la hija de un hombre de inmenso prestigio, tú vas a atarte con una mujer de gran reputación».

‘Uthman dijo: «Me sorprendí al escuchar a mi tía prediciendo que me casaré con una hija que viene de prometerse con otro hombre, entonces le dije: “Tía mía, ¿qué estás diciendo ahora?”».

Ella me respondió: «Oh ‘Uthman, tú posees la belleza y la elocuencia, y ese Profeta posee una prueba. Él ha sido enviado verdaderamente por el Todopoderoso y recibe la revelación y el criterio de distinción. Síguele y los ídolos no podrán matarte».

Uthman exclamó: «Pero tú estás hablando de algo que no ha llegado a nuestras tierras».

Ella contestó: «Muhammad Ibn Abdullah, un mensajero de parte de Allah. Ha venido con la revelación de Allah. Llama a Allah. Su lámpara es luminosa, su religión es salud, su orden es éxito, su fuerza es eficacia, el valle va a someterse a él. Los clamores no servirán de nada cuando la matanza tenga lugar, las espadas sean desenvainadas y las lanzas arrojadas».

‘Uthman narró: «Entonces me fui, con la mente preocupado. Cuando Abu Bakr me vio, le conté lo que venía de escuchar de la boca de mi tía, entonces exclamó: “¡Desgraciado seas, ‘Uthman! Tú eres un hombre que tiene la mente firme y que sabes distinguir el bien del mal, ¿qué son esos ídolos que nuestro pueblo adora? ¿Acaso no están hechos de piedra, no pueden escuchar, ni ver, ni perjudicar, ni beneficiar?».

Yo le respondí: «Cierto, lo juro por Allah, ellos son así». Así que Abu Bakr siguió: «Juro por Allah que tu tía dijo la verdad, he aquí el mensajero de Allah, que Allah le dé paz y saludos, Muhammad, hijo de Abdullah, a quien Allah envió con Su mensaje a Sus criatura, ¿quieres ir a verle?».

Fuimos a ver al Profeta ﷺ, quien me dijo: «Oh ‘Uthman, responde a Allah en Su Verdad. Yo soy el mensajero de Allah, enviado para ti y para todas Sus criaturas».

Juro por Allah; después de lo que escuché del mensajero de Allah, no pude contenerme y me convertí testificando que no hay divinidad digna de adoración excepto Allah el Único, Quien no tiene copartícipes. A continuación, no tardé en casarme con Ruqayya, la hija del mensajero de Allah.

La gente decía: «La mejor pareja que un hombre pudo tener es la de Ruqayya y su esposo ‘Uthman».


Fuente: Hayat as-Sahaba, de Ibn Kathir.

Traducido por: Ibrahim Bou

 

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