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Cuando el shaykh Muhammad ibn ‘Abdul-Wahhāb (V) viajó a Meca, vio a un sabio de la ciudad sentado sobre una silla que estaba exhortando a la gente, y le gustaron mucho sus palabras, le agradó su persona. Cuando [este sabio] se levantó –y era un sabio muy conocido y reconocido entre la gente de Meca– cuando quiso levantarse de la silla dijo:
«Oh Ka’ba de Allāh, oh Ka’ba de Allāh».
Esto es un gran problema, ¿qué acaba de suceder? Que [este sabio] cometió Shirk sin darse cuenta. Y el shaykh Muhammad ibn ‘Abdul-Wahhāb (V) era muy inteligente y perspicaz; al final de la reunión, aquel sabio se sentó y esperó el Iqāma, porque la exhortación se acabó en el momento del Adhān, entonces el shaykh Muhammad ibn ‘Abdul-Wahhāb (V) lo saludó y este sabio le preguntó:
«¿Cómo estás? ¿De dónde vienes?».
Él [Ibn ‘Abdul-Wahhāb (V)] le dijo:
«Yo vengo de Najd, sus palabras me han gustado mucho, que Allāh os recompense con mucho bien, fue un discurso lleno de sabiduría y conocimiento. Me gustaría, si me lo permite, recitarle algunos pasajes del Corán».
El sabio le respondió:
«Adelante, hijo mío».
Entonces [el imām Muhammad (V)] recitó empezando desde el final del Corán: Sūrah an-Nās, al-Falaq, al-Ikhlās, Tabbat, al-Kāfirun, al-Nasr, al-Kawthar, al-Mā’ūn, Quraysh. Cuando llegó a esta última Sura, recitó:
(1) Por la Alianza de los Quraysh.
(2) Sus alianzas para el viaje de invierno y de verano.
(3) Que adoren pues esta Casa [la Ka’ba].
(4) Que los ha alimentado salvándolos del hambre y los ha librado del temor.
Aquel sabio dijo sorprendido:
«¿Cómo? ¿Que adoren esta Casa?».
[Ibn ‘Abdul-Wahhāb (V)] le respondió:
«Estoy aprendiendo contigo [es decir, corrígeme si me equivoco]».
[El sabio] le contestó:
«Eso es incorrecto, si hubieran adorado la Casa habrían cometido Shirk, y Allāh no ordena que se cometa el Shirk».
Ibn ‘Abdul-Wahhāb (V) le respondió:
«¿Entonces qué es lo correcto?».
El sabio le dijo:
«El verso correctamente es: {Que adoren pues al Señor de esta Casa}».
Ibn ‘Abdul-Wahhāb (V):
«Que Allāh le recompense y le abra las puertas del bien, shaykh».
[Muhammad ibn ‘Abdul-Wahhāb (V)] continuó recitando [el Corán]:
«{Y vuestro Señor ha dicho: Llamadme y os responderé}
[Corán | 40:60]
¿Suplicamos a Él o a la Ka’ba?».
[El sabio]:
«No, suplicamos a Allāh, nadie merece ser suplicado excepto Allāh».
El imām Muhammad (V) le dijo:
«Nuestro shaykh, cuando quiso levantarse de su asiento le he escuchado decir: “oh Ka’ba de Allāh”».
Aquel sabio le agradeció y respondió:
«Que Allāh te abra las puertas del bien, hijo mío, que Allāh te recompense con el bien».
[/vc_column_text][TS_VCSC_Info_Notice panel_layout=”notice” panel_type=”warning” icon_replace=”true” font_title_family=”Default:regular” font_content_family=”Default:regular”]Traducido por: Ibrāhīm Bou[/TS_VCSC_Info_Notice][vc_empty_space height=”15px”][vc_column_text] [/vc_column_text][vc_btn title=”Descargar” shape=”square” color=”success” i_icon_fontawesome=”fa fa-download” link=”url:http%3A%2F%2Fwww.ummah-islamica.com%2Fwp-content%2Fuploads%2F2016%2F07%2FUne-belle-le%C3%A7on-de-Tawhid-Cheikh-Ibn-Al-Otheimine.mp3||” add_icon=”true”][/vc_column][/vc_row]