El debate de Ibn ‘Abbās con los Khawārij

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Bismillaahi ar-Rahmaani ar-Rahim

Cuando la guerra entre Mu’āwiya y ‘Alī (M) se volvió duradera, los compañeros de Mu’āwiya (M) elevaron el Corán e invitaron a los compañeros de ‘Alī (M) a aplicar lo que hay en él, entonces [‘Alī (I)] dijo:

“Enviaréis a uno de los vuestros y nosotros enviaremos a uno de los nuestros, y les encargaremos que apliquen lo que hay en el Libro de Allāh”.

La gente [de Mu’āwiya (M)] dijo:

“Estamos de acuerdo”.

Y enviaron a ‘Amr ibn Al-‘Ās (I). Los compañeros de ‘Alī (M) le dijeron:

“Envía a Abū Mūsā”.

‘Alī (I) les dijo:

“No veo que tengamos que enviar a Abū Mūsā, aquí tenemos a Ibn ‘Abbās”.

Pero le respondieron:

“Pero es que no queremos [que envíes] a uno de tus familiares”.

Así que ‘Alī (I) envió a Abū Mūsā (I) y el juicio se retrasó hasta el mes de Ramadān.

Urwa ibn Udhaynā exclamó:

“¿Declaráis jueces a hombres en el asunto de Allāh? El único juez es Allāh”.

‘Alī (I) volvió de Siffīn y entró a Kufa, pero los Khawārij no entraron junto a él, sino que se retiraron a Harura[1], donde acamparon 12.000 soldados de ellos, y dijeron:

“No hay ningún juicio válido excepto el juicio de Allāh”.

Esta fue su primera aparición. Su heraldo declaró que el dirigente del combate proclamado es Shabib ibn Rib’i At-Tamimī y el dirigente del Salāt es ‘Abdullāh ibn Al-Kawā Al-Yashkurī.

Los Khawārij eran fervientes adoradores, pero pretendían que sabían más que ‘Alī ibn Abī Talib (I), lo cual es una enfermedad peligrosa.

‘Abdullāh ibn ‘Abbās (I) dijo:

«Cuando los Khawārij se escindieron, se instalaron en un lugar y eran 6.000, ahí decidieron rebelarse contra ‘Alī. Siempre venía un hombre [a ‘Alī] y le decía:

“Oh emir de los creyentes, esta gente se rebela contra ti”.

Entonces ‘Alī le respondía:

“Dejadlos, no los combatiré hasta que me combatan, y lo harán”.

Un día me presenté ante él antes del Salāt del Dhuhr, y le dije:

“Oh emir de los creyentes, haremos el Salāt e iré a esta gente para dialogar con ellos”.

‘Alī me dijo:

“Temo por ti”.

Entonces le dije que no temiera nada, pues yo era un hombre con buen comportamiento, jamás perjudicaba a nadie, así que me dio permiso.

Me puse el mejor vestido venido de Yemen, y fui a pie. Llegué a ellos [los Khawārij] al mediodía, entonces jamás vi una gente más adoradora que ellos. Sus frentes tenían úlceras de tanto prosternarse, y sus manos estaban llenas de callosidades como las patas de un camello. Llevaban túnicas arremangadas. En sus rostros se veían signos de vela.

Entré a donde estaban y me dijeron:

“Bienvenido sea Ibn ‘Abbās, ¿qué te trajo aquí?”.

Les respondieron:

“Vengo de parte de los Muhajirīn[2], los Ansār[3] y la descendencia del Mensajero de Allāh. El Corán descendió entre ellos, y ellos conocen su interpretación mejor que vosotros”.

Un grupo de ellos dijo:

“No debatáis con la gente de Quraysh, pues Allāh dijo sobre ellos: {Son gente de disputa}[4]”.

Dos o tres de ellos dijeron:

“Sí que le hablaremos”.

Así que les dije:

“Aportadme eso que objetáis a la familia del Mensajero de Allāh, a los Muhajirūn y a los Ansār, siendo que el Corán fue revelado sobre ellos. Veo que no hay nadie de ellos [es decir, de los Muhajirīn y de los Ansār] entre vosotros, y ellos son los que mejor conocen su interpretación [la del Corán]”.

Me respondieron:

“[Tenemos] tres [objeciones]”.

Entonces les dije que las presenten.

Me dijeron:

“La primera objeción es que [‘Alī] puso como jueces a hombres, cuando Allāh dice: {El juicio solo pertenece a Allāh}[5]. ¿Así que porqué introduce a hombres en el juicio, después de la Palabra de Allāh?”.

Les dije:

“Ésta es una, ¿qué más hay?”.

Me respondieron:

“La segunda es que [‘Alī] combatió y mató, pero no tomó prisioneros ni botín. Si [los que fueron combatidos] son creyentes, ¿por qué iba a ser lícito combatirlos y matarlos, pero no capturarlos?”.

Entonces les dije:

“¿Y cuál es la tercera?”.

Me contestaron:

“Él omitió el título de “Emir de los creyentes”, y si no es el emir de los creyentes, entonces es el emir de los incrédulos”.

Les dije:

“¿Tienes algo más, aparte de esto?”.

Me respondieron:

“Esto ya es suficiente”.

Entonces empecé yo: 

“En cuanto a vuestra declaración “ha puesto a hombres en el Juicio de Allāh”, yo os recitaré del Libro de Allāh lo que refuta esto, pero si refuto vuestra declaración, ¿cesaréis?”.

Ellos respondieron que sí, entonces les dije:

“Allāh ha delegado a los hombres el juicio de un cuarto de Dirham y de la octava parte de una liebre:

{¡Vosotros que creéis! No matéis a los animales que se cazan mientras estéis en situación de inviolabilidad. Y quien de vosotros lo haga a propósito, que lo compense sacrificando una res equivalente al animal que mató, sometiéndolo a la decisión de dos de vosotros que sean justos, como ofrenda dirigida a la Ka’ba; o que lo repare alimentando pobres o ayunando en términos equivalentes para que así experimente las malas consecuencias de su acto. Allāh os borra lo que hayáis consumado, pero quien reincida, Allāh se vengará de él. Y Allāh tiene poder y venganza}[6].


[Y también ha delegado el juicio a los hombres] entre la mujer y su marido:

{Y si teméis una ruptura entre ambos, nombrad un árbitro de la familia de él y otro de la familia de ella. Y si quieren reconciliarse, Allāh propiciará su reconciliación. Es cierto que Allāh es Quien sabe y conoce lo más recóndito}[7].


Me dirijo a vosotros por Allāh, ¿acaso usar como jueces a hombres para reconciliar entre ellos y evitar el derramamiento de su sangre no es más meritorio que usarlos en el juicio de una liebre o en la dote de la mujer? ¿Cuál de los dos casos merece más?”.

Ellos respondieron:

“El primer caso”.

Entonces les dije:

“¿Así que os retractáis de este punto?”.

Ellos respondieron que sí, así que continué:

“Sobre vuestra declaración de que [‘Alī] combatió, pero no tomó prisioneros ni botín, ¿vosotros tomaríais como prisionera a vuestra madre ‘Āisha, que Allāh esté complacido con ella? Juro por Allāh que, si decís que no es vuestra madre, entonces habréis salido del Islām, y si decís que es vuestra madre pero que la tomaríais prisionera y haríais lícito de ella lo que hubiera sido lícito de cualquier otra prisionera, saldríais del Islām también, así que estáis entre dos desvíos, pues Allāh dijo:

ٱلنَّبِىُّ أَوۡلَىٰ بِٱلۡمُؤۡمِنِينَ مِنۡ أَنفُسِہِمۡ‌ۖ وَأَزۡوَٲجُهُ ۥۤ أُمَّهَـٰتُہُمۡ‌ۗ

{El Profeta, para los creyentes, está antes que ellos mismos; y sus esposas son madres para ellos}

[Corán | 33:6]

¿Os retractáis de ésta?”.

Ellos respondieron que sí, entonces seguí:

“En cuanto a vuestra declaración de que omitió el título de “Emir de los creyentes”, entonces os traigo un ejemplo de quien os complaceríais; el Profeta, en el día de Al-Hudaybiya, hizo la paz con los politeístas Abū Sufyān ibn Harb y Suhayl ibn ‘Amr, así que dijo a ‘Alī:

“Escríbeles una carta”.

Entonces ‘Alī escribió:

“He aquí lo que se ha decidido junto a Muhammad, el Mensajero de Allāh”, pero los politeístas dijeron: “Que nosotros sepamos tú no eres el Mensajero de Allāh, si supiéramos que de verdad eres el Mensajero de Allāh no te habríamos combatido”.

Entonces el Profeta dijo:

“Oh Allāh, Tú sabes que yo soy el Mensajero de Allāh. ‘Alī, borra y escribe: He aquí lo acordado con Muhammad ibn ‘Abdullāh”.

Juro por Allāh que el Mensajero de Allāh ciertamente es mejor que ‘Alī, y omitió ser [el Mensajero de Allāh con tal de llegar a un acuerdo]”.

Dos mil de ellos rectificaron y se volvieron atrás, y el resto se rebeló y fue aniquilado».

[/vc_column_text][TS_VCSC_Info_Notice panel_layout=”notice” panel_type=”warning” icon_replace=”true” font_title_family=”Default:regular” font_content_family=”Default:regular”]Notas:

[1] Harura es una aldea cerca de Kufa en la cual los Khawārij acamparon y desde ahí lanzaron su rebelión contra ‘Alī.
[2] Los Muhajirūn son los musulmanes que emigraron de Meca a Medina.
[3] Los Ansār son los medinenses que les recibieron.
[4] Corán | 43:58
[5] Corán | 6:57
[6] Corán | 5:95
[7] Corán | 4:35

Autor: Abūl-Faraj ibn al-Jawzī
Fuente: Talbīs Iblīs, pág. 90-93
Traducido por: Ibrāhīm Bou[/TS_VCSC_Info_Notice][/vc_column][/vc_row]

Lea también...

Desarraigados de África: historia de los esclavos musulmanes en América (1ª parte)

La verdad sobre los esclavos musulmanes de las Américas y su cultura.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.