Las alabanzas a Allah, más las oraciones y la paz sean sobre el Mensajero de Allah, su familia, sus compañeros y también sobre quienes están guiados por su camino recto.
La Asamblea del Consejo de los Grandes Sabios, en su cuadragésimo novena sesión que tuvo lugar en Taif en la fecha 02/04/1419, ha estudiado los acontecimientos que suceden en los países musulmanes y en otros países, concerniente al hecho de declarar a la gente como incrédulos, organizar atentados, y todo lo que esto causa como derrame de sangre y destrucción de inmuebles.
Vista la gravedad de este problema y las consecuencias que conlleva –como la muerte de almas inocentes, la destrucción de bienes protegidos, el terror engendrado en la gente y la agitación de su seguridad y su tranquilidad– la Asamblea ha decidido emitir un comunicado explicando el estatuto de estos actos, por sinceridad con Allah y con Sus siervos, para con ello concienciar y aclarar las ambigüedades que tienen quienes no han comprendido bien este asunto.
Así que decimos esto, y junto a Allah yace el éxito:
- Juzgar a la gente como incrédulos es un veredicto religioso, por lo tanto [este juicio] solo pertenece a Allah y a Su mensajero. Lo mismo ocurre con [los veredictos] de declarar lícito, ilícito u obligatorio algo, estos asuntos corresponden a Allah y a Su Profeta. Toda palabra o acción descrita como incredulidad no es necesariamente un acto de incredulidad mayor que excluye del Islam [a quien lo comete].
Este juicio solo corresponde a Allah y a Su profeta, por lo que está prohibido juzgar a alguien de incrédulo sin una prueba evidente extraída del Corán y de la Sunnah, así que no sirve solamente tener una duda o hacer una suposición, ya que esto [juzgar a la gente de incrédula en base a dudas y suposiciones] tiene consecuencias graves. Además, si las penas legales no se deben aplicar ante la mínima duda – siendo que sus consecuencias son muchísimo menos graves que juzgar a alguien de incrédulo –, declarar incrédulo a alguien menos aún. Es por esto que el Profeta, que Allah le dé paz bendiciones, advirtió contra el hecho de juzgar incrédula a una persona que no lo es, él dijo:
«Todo aquel que diga a su hermano “¡Oh incrédulo!”, esta declaración caerá sobre uno de los dos; o dice la verdad, o se volverá en su contra»
Podría transmitirse en el Corán y la Sunnah que un acto o una creencia aparentemente son incredulidad, sin que quien lo cometa se vuelva incrédulo, debido a la presencia de algún motivo que impida su incredulidad.
Este juicio es el mismo que cualquier otro juicio, no se vuelve completo si no existen todos los motivos, todas las condiciones deben cumplirse y no debe haber ningún impedimento. Tal como en la herencia, donde el motivo es la relación de parentesco, podría este motivo no ser suficiente para que esa persona herede, a causa de algún impedimento; por ejemplo, una diferencia de religión entre el heredero y el difunto.
Lo mismo ocurre con la incredulidad, el creyente puede haberla cometido sin que apostate por ello. El musulmán puede pronunciar una palabra de incredulidad bajo el efecto de la alegría o de la cólera, u otro, entonces no está permitido declararlo incrédulo por ello, ya que no lo hizo voluntariamente, tal como fue reportado en el hadiz del hombre que [cuando encontró su camello con sus provisiones en el desierto después de que se le escapara] dijo: «¡Oh Allah! ¡Tú eres mi siervo y yo soy Tu señor!»
Juzgar con precipitación a la gente como incrédula tiene consecuencias muy graves:
Sus bienes y sus vidas ya no son sagradas, ya no heredan, su matrimonio deviene inválido, más las demás reglas de la apostasía. ¿Cómo entonces un creyente puede tomar esta iniciativa [de declarar a los demás incrédulos] solo en base a la mínima duda?
Cuando esto [declarar a alguien incrédulo] es hecho contra los gobernantes, el asunto es más grave aún, pues causa la rebelión y el levantamiento armado contra ellos, propagando la anarquía, los derrames de sangre y la corrupción en el país. Por eso que el Profeta prohibió rebelarse contra ellos «excepto que constatéis en ellos un acto de incredulidad evidente, del cual tengáis una prueba de parte de Allah»:
Su palabra «excepto que constatéis» prueba que los rumores y las dudas no sirven de nada. Su palabra «un acto de incredulidad» prueba que un pecado no es suficiente, por muy grave que sea, como la injusticia, el consumo de alcohol, los juegos de azar y la apropiación de los bienes. Su palabra «evidente» muestra que no es suficiente un acto de incredulidad que no es claro ni manifiesto. Su palabra «del cual tengáis una prueba de parte de Allah» muestra que se necesita una prueba clara, que sea auténtica y su significado sea evidente, una prueba débil o con significados ambiguos no es suficiente. Su palabra «de parte de Allah» prueba que no tenemos en cuenta la palabra de un sabio, sin importar cuál sea su nivel de conocimiento y de confianza, si no está basada sobre el Libro de Allah o la Sunnah de Su mensajero. Todas estas condiciones muestran la gravedad de la cuestión.
En resumen, juzgar apresuradamente a la gente declarándola incrédula es extremadamente grave, ya que Allah el Altísimo dice:
{Di: Lo que de verdad ha prohibido mi Señor son las indecencias, tanto las externas como las que se ocultan, la maldad, el abuso sin razón, que asociéis a Allah aquello sobre lo que no ha descendido ninguna evidencia y que digáis sobre Allah lo que no sabéis}
[Corán 7:·33]
- Lo que resulta de esta creencia errónea – licitud de derramar la sangre, violación del honor, saqueo de los bienes públicos y privados, explosiones en edificios y medios de transporte, destrucción de inmuebles – todos estos actos y los que se les parezcan están prohibidos por unanimidad de los musulmanes, ya que constituyen una violación del derecho sagrado de vivir, de poseer bienes, de estar en paz y tranquilidad, de vivir nuestra existencia con toda seguridad y con toda quietud en nuestro hogar, en las idas y en las vueltas, y [constituyen] una violación de los intereses generales, los cuales no podemos vivir sin ellos.El Islam ha protegido para los musulmanes sus bienes, su honor y sus cuerpos, y ha prohibido atacarlos, siendo muy estricto en este asunto. Esto fue parte de los últimos consejos que el Profeta dio a su Ummah. Durante el sermón de la peregrinación de despedida dijo:
«Vuestra sangre, vuestros bienes y vuestro honor os son sagrados como lo son este día de este mes en esta ciudad»
Luego añadió:
«¿He transmitido [el mensaje]? Oh Allah, sé testigo de ello»
También dijo:
«Todo musulmán es sagrado para su hermano musulmán: Su honor, sus bienes y su sangre»
E igualmente dijo:
«Temed la injusticia, ya que la injusticia se volverá tinieblas [contra quien la cometió] en el Día de la Resurrección»
Allah el Altísimo ha prometido el peor castigo a quien mate a una alma sagrada, Allah el Altísimo dijo sobre el creyente:
{Y aquel que mate a un creyente intencionadamente, tendrá como recompensa Jahânam, donde será inmortal. Sobre él caerá la ira de Allah, que lo maldecirá y le preparará un castigo inmenso}
[Corán 4:92]
Y Allah el Altísimo dijo sobre el incrédulo que está bajo protección del Estado, si es matado por error:
{Si fuera de una gente con la que tenéis algún pacto, pagad el precio de sangre a su gente y poned en libertad a un esclavo que sea creyente}
[Corán 4:91]
Si en el caso del incrédulo, al que hemos garantizado su seguridad, debemos pagar el precio de sangre y hacer una expiación, cuando fue muerto por error, ¿qué decir entonces si fue asesinado voluntariamente?
Este crimen es especialmente atroz y el pecado mucho más grave. Se ha reportado en un hadiz auténtico que el Profeta dijo:
«Quien mate a una persona incrédula que esté bajo la protección del Estado, ni siquiera olerá la fragancia del Paraíso»
- La Asamblea, después de haber demostrado el estatuto de juzgar a la gente como incrédula sin pruebas del libro de Allah ni de la Sunnah de Su mensajero, así como la gravedad de la generalización en este juicio, visto los males y los pecados que ha causado esto, después de haber mostrado el estatuto de todo esto, proclama que el Islam es inocente de estas creencias erróneas y que todo lo ocurrido en ciertos países –derramamiento de sangre de inocentes, explosión de edificios, de medios de transporte y de instalaciones públicas y privadas, destrucción de inmuebles– todo esto constituye actos criminales, de los cuales el Islam es inocente.
Esto no son más que reacciones unos individuos movimos por ideas corrompidas y creencias desviadas. Solo ellos cargarán la responsabilidad de su pecado y de su crimen, sin que esto sea imputado al Islam ni a los musulmanes bien guiados por la vía del Islam, quienes se aferran al Corán y la Sunnah y se aferran al asidero firme de Allah. Esto no es más que pura corrupción y crimen, los cuales la legislación Islámica y la natura humana sana rechazan. Es por esto que los textos de la legislación Islámica se mantienen firmes en el carácter ilegal [de estos actos], advirtiendo de frecuentar y asistir a quienes actúan así.
Allah el Altísimo dice:
{Hay hombres cuyas palabras cuando hablan de la vida de este mundo te fascinan y ponen a Allah como testigo de lo que hay en sus corazones; y sin embargo son los más acérrimos discutidores. Cuando se alejan de ti se dedican a corromper las cosas en la tierra y a destruir las cosechas y todo animal de cría. Allah no ama la corrupción. Cuando se les dice: ¡Temed a Allah!, la soberbia se apodera de ellos y les mueve a hacer el mal. Jahânnam bastará para ellos. ¡Qué mal lecho!}
[Corán 2:204-206]
Es obligatorio para todos los musulmanes, dondequiera que estén, que se aconsejen mutuamente la verdad, que se ayuden en las buenas obras y la piedad, que se recomienden el bien y se impidan lo reprobable, con sabiduría y buena palabra, y que discutan de la mejor manera. Tal como dijo Allah el Altísimo:
{Ayudaos en la virtud y en el temor (de Allah), no en la desobediencia ni en la transgresión}
[Corán 5:2]
Y también el Altísimo dijo:
{Los creyentes y las creyentes son amigos aliados unos de otros, ordenan lo reconocido como bueno y prohíben lo reprobable, establecen el salat, entregan el zakat y obedecen a Allah y a Su mensajero. A ésos Allah les hará entrar en Su misericordia; es cierto que Allah es Poderoso, Sabio}
[Corán 9:71]
{¡Por el Tiempo!
Que es cierto que el hombre está en pérdida.
Pero no así los que creen, llevan a cabo las acciones de bien, se encomiendan la verdad y se encomiendan la paciencia}
[Corán 103:1-3]
El Profeta dijo:
«La religión es el consejo con sinceridad»
Se le preguntó: «¿Hacia quién, Oh mensajero de Allah?»
Él respondió:
«Hacia Allah, Su libro, Su Mensajero, los gobernantes y sus pueblos»
Y también dijo:
«Los musulmanes son comparables, en su solidaridad, su clemencia y su misericordia mutua, a un solo cuerpo: cuando un solo miembro sufre algún mal, todo el cuerpo sufre la fiebre y el insomnio»
Las aleyas y los hadices que muestran esto son innumerables.
Pedimos a Allah mediante Sus más bellos Nombres y Sus Atributos elevados que aleje el mal de los musulmanes, que conceda el éxito a todos los gobernantes musulmanes en lo que trae un bien para los musulmanes y para el país y ayuda a poner fin a la corrupción y a los corruptores. [Le pedimos] que mediante ellos haga triunfar Su religión y haga elevar Su palabra, que arregle la situación de todos los musulmanes en el mundo entero, y que haga triunfar la verdad mediante los musulmanes. Ciertamente Él es el Único Capaz y Él es perfectamente Capaz. Saludos y oraciones de Allah sean sobre nuestro Profeta Muhammad, sobre su familia y sobre sus compañeros.
Presidente de la Asamblea del Consejo de los Grandes Sabios:
Abdul Aziz Ibn Abdullah Ibn Baaz
Miembros de la 49ª Asamblea del Consejo de los Grandes Sabios:
Salih Ibn Muhammad Al-Luhaydan
Abdullah Ibn Sulayman Ibn Mani’
Muhammad Ibn Salih Al-Uthaymin
Abdul Aziz Ibn Abdullah Ali Shaykh
Abdullah Ibn Muhammad Ali Shaykh
Abdullah Ibn Abdul-Muhsin Al-Turki
Abdul-Wahab Ibn Ibrahim Abu Sulayman
Rashid Ibn Salih Ibn Junayn
Abdullah Ibn Abdur-Rahman Al-Ghudayan
Abdullah Ibn Abdur-Rahman Al-Bassam
Nas Ibn Hamd Ar-Rashid
Muhammad Ibn Sulayman Al-Badr
Muhammad Ibn Zayd As-Sulayman
Salih Ibn Abdur-Rahman Al-Atram
Muhammad Ibn Ibrahim Ibn Jubayr
Salih Ibn Abdillah Al-Fawzan
Hassan Ibn Ja’far Al-Atami
Muhammad Ibn Abdullah As-Subayil
Abdur-Rahman Ibn Hamza Al-Marzuqi
Bakr Ibn Abdullah Abu Zayd
Audio:
Traducción: Ibrahim Bou
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